Los espacios de coworking aumentan y se abren, cada vez más, a un público trabajador más amplio. Ya no son únicamente lugares para autónomos de profesiones liberales y emprendedores tecnológicos, sino que, incluso, han seducido a pequeñas y medianas empresas que prefieren desarrollar sus negocios en entornos compartidos, bien situados y llenos de creatividad y de posibilidades de networking.
Al mismo tiempo, su empuje ha atraído al capital inversor y a los pequeños empresarios pioneros en la creación de estos espacios se les están uniendo grandes empresas como Colonial, que a finales del año pasado entró en el capital de Utopic_US, uno de los espacios colaborativos de trabajo más conocidos del país -nacido en Madrid en 2010- y para el que tiene un ambicioso plan de crecimiento en otras ciudades españolas. También a España (a Barcelona y Madrid) ha llegado recientemente We Work, uno de los gigantes del negocio del coworking en todo el mundo y Spaces, con un espacio en Barcelona de 3.000 metros cuadrados de superficie. Talent Garden es otro de los grandes nuevos jugadores, con una inversión estimada en España de seis millones de euros.
Es tal la fiebre por los espacios de coworking que hasta cuentan ya con un Día Mundial propio, el 9 de agosto, y genera eventos como la Coworking Europe Conference o la Coworking Spain Conference, donde se reúnen los principales agentes de trabajo colaborativo, gestores de espacios de coworking, coworkers, emprendedores, dinamizadores sociales e inversores. Esta última cita celebrará los próximos 17 y 18 de mayo una nueva edición en Madrid, en la que los mejores expertos del sector español e internacional analizarán la última hora del mismo.
Más que una moda, un modelo más de trabajo
La proliferación de espacios de coworking en España no es ajena al crecimiento del número de autónomos que hay en el país, cifra que se ha duplicado en los últimos 9 años. Del mismo modo, las posibilidades que ofrece la tecnología y la transformación que, poco a poco, sufre el mercado laboral está siendo un buen caldo de cultivo para ellos.
En el año 2010 había en nuestro país unos 50 coworkings, que seis años después se habían multiplicado hasta los más de 1.500, según datos de la plataforma Coworking Spain. Por su parte, el pionero en el sector Manuel Zea (fundador de Working Space), calculaba que en 2016 había en nuestro país 380.000 metros cuadrados dedicados a coworking, con 27.900 puestos de trabajo totales y una ocupación creciente de un 71%. Su previsión era que a finales de 2017 esa superficie aumentara ni más ni menos que un 30%.
Aunque hay quien sospechara en su día que lo del coworking pudiera ser una moda -sospecha agravada por su alto ritmo de crecimiento (el 41% de los espacios abrieron entre 2014 y 2015)-, Zea asegura que se asentará como un modelo de trabajo, extendiéndose aún más.
Sí reconoce este experto que con la entrada de nuevos inversores en el sector y la evolución de la economía es probable que se dé un proceso de concentración: más superficie, pero menos espacios.
Según Zea, la dimensión media de los coworkings en España en 2016 era de 250 metros cuadrados, con 26 trabajadores en cada uno de ellos y una inversión de 58.000 euros para montarlos. La supervivencia de muchos pequeños coworkings se podría ver comprometida.
En cuanto a cifras de negocio se refiere, en el año 2020, el experto cree que el sector del coworking en España generará 147 millones de euros sólo con el alquiler de puestos de trabajo.
Fuente y noticia completa: https://www.eleconomista.es/empresas-finanzas/noticias/9104407/04/18/Coworking-mas-que-una-moda-un-modelo-de-trabajo-en-auge.html